En las regiones NOA y NEA, las estimaciones de rinde auguran mermas de hasta el 50 % del potencial. Sin embargo, en la medida que continúe el déficit hídrico en estas regiones, se espera que las mermas continúen en aumento y, en consecuencia, que se incremente la cantidad de hectáreas abandonadas por bajo rinde.
En la franja central, las provincias de Córdoba y San Luis son las más afectadas por la sequía invernal. A excepción de los sectores alcanzados por las lluvias, en general se observan plantas ralas y de bajo porte que no han cerrado el surco. Mientras que en Santa Fe y Entre Ríos, las mejoras son perceptibles, pero se registran focos de enfermedades que deben ser monitoreados.
Finalmente, al sur del área agrícola, las heladas siguen afectando al trigo, sobre todo en el margen oeste donde comienza a escasear la humedad, mientras que al este se aplican fungicidas para el control de enfermedades.